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Recompensas de Dios

En Malaquías 3, los justos estaban luchando y Dios parecía no hacer mucho para ayudarlos, parecía no fruncir el ceño a los malvados ni sonreír a los justos, entonces el pueblo de Dios empezó a preguntarse ¿cuál es el sentido en servir a Dios?

 

Malaquías 3:14 “Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos?”

 

Pero a pesar de todo esto, algunos permanecieron fieles, esos eran los que temían a Dios, mientras ellos hablaban entre sí el Señor escuchaba y esto sucedió:

 

Malaquías 3:16 “Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre.”

 

El Señor escuchó y prestó atención a los que le temen, y se escribió un libro de memorias, amado hermano, Dios se acuerda de tu trabajo, de tus palabras, de tus lágrimas y de tus deseos.

 

Malaquías 3:18 “Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.”

 

Podemos ver en la palabra que dice “volveréis”, hubo un tiempo en el pasado donde el pueblo de Dios vio la diferencia entre los justos y los malvados, al igual que Noe vio esa diferencia en el diluvio, Moisés también vio la diferencia en el momento del Éxodo, cuando el pueblo de Dios llegó al Mar Rojo y Dios dividió las aguas, los que servían cruzaron en tierra firme pero cuando los persiguieron lo que querían destruirlos las aguas se cerraron sobre ellos y todos pudieron ver la diferencia entre los que le sirven a Dios y los que no le sirven.

Así que, hubo tiempos en el pasado en que la diferencia entre los justos y los malvados, entre los que sirven a Dios y los que no le sirven, se había visto claramente, pero en el tiempo de Malaquías el pueblo vio que los malhechores no solo prosperan sino ponen a prueba a Dios y escapan.

 

Entonces ellos decían “en vano es servir a Dios”, ahora, ¿cuál es el beneficio que guardemos su cargo?, Dios nos da la respuesta en este versículo, porque habrá un día de recompensa para los justos, para los que sirven al Señor, y ese día verán la diferencia entre los que le sirven y los que no. Verán la diferencia tan clara como lo hizo Moisés en el Éxodo y como Noe en el diluvio.

 

Malaquías 3:17 “Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.”

 

Dice el Señor “Serán para mí especial tesoro”, este es el privilegio de Servir a Dios.

La versión King James traduce este versículo como “en el día en que yo compongo mis joyas”, aquellos que le servimos somos joyas para el Señor.

El pueblo de Dios son sus joyas, su posesión más preciada. Si alguna vez te han dicho o te han hecho sentir como si no fueses nada, recuerda que para el Señor eres especial tesoro.

Las joyas son hermosas y brillan, ahora mismo somos un diamante en bruto, pero un día cada creyente brillará con un resplandor que reflejará la belleza de Jesús cuando Él venga a tomar sus joyas preciosas.

Las joyas son caras, tú has sido comprado a un precio, el hijo de Dios te ha amado y se ha entregado para ti, las joyas de Dios han sido compradas a un precio infinito, las joyas de Dios están protegidas, las joyas de gran valor son guardadas, tú serás guardado por Dios, cuando Jesús recoja sus joyas, ninguna de ellas faltará.

 

El gran propósito de Dios siempre ha sido redimir a su pueblo para sí mismo.

 

 Tito 2:14 “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.”

 

1 Pedro 2:9 “Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”

 

Recuerda amado hermano, tú eres Linaje Escogido, eres real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, tú conoces tu identidad y en ella debes permanecer.

 

Las joyas de Dios se guardan y custodian en el mundo, pero un día Él traerá sus joyas a casa. Malaquías habla que Él reunirá a su pueblo redimido desde todos los rincones de la tierra, ya que el gran deseo de Cristo es que sus joyas estén con él.

 

Juan 17:24 “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.”

 

Lo primero y lo más grande del día de recompensa es que estarás con Cristo, tú eres su posesión más preciada. Míos serán dice Jehová de los ejércitos, entonces veréis la diferencia entre los justos y los impíos.

 

¿De qué nos librará Dios?

Malaquías 4:1 “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.”

 

Los impíos no se levantarán en el Juicio, nada de lo que han hecho durará, ese es el futuro de los que no temen a Dios, lo que no le sirven.

 

Pero Dios dice “a los que me sirven, los perdonaré”.

 

Malaquías 4:2 “Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada”

 

Jesucristo es el Sol de Justicia, la luz amaneció en este mundo oscuro cuando él vino al mundo, y esa luz brillará cuando él regrese en poder y gloria.

 

Algunas heridas son tan profundas que nunca sanan por completo en esta vida, algunas pérdidas son tan grandes que nunca se recuperarán, pero cuando Cristo regrese por su pueblo, Él enjugará todas las lágrimas de tus ojos, estarás plenamente completo, entrarás en el gozo de su presencia, el Sol de justicia se levantará con salvación en sus alas, entonces verás la diferencia entre los justos y los malvados, entre los que sirven y no le sirven.

 

Nosotros somos llamados para servir en el reino de Dios, Jesús vino a servir también, y los más grandes en el Reino serán los que han servido; en el cielo habrá dos grupos, los que tienen corona y los que no la tienen, el primer grupo son las personas que solo recibieron la salvación, peor el segundo grupo es de aquello que además de ser salvos sirvieron al reino de Dios y el Señor los coronará.

 

Entonces, ¿Qué debemos hacer a la luz de esta promesa?

Esperar pacientemente

Nuestro mundo no es como Dios lo hizo y no es como está, será cuando Dios lo redima. El mundo actual está lleno de dolor, los malhechores no solo prosperan, sino que prueban a Dios y escapan. Los creyentes se preguntan ¿Por qué Dios permitió eso? ¿por qué no hizo nada para detenerlos?

Espera pacientemente que llegará un día cuando verás la diferencia entre los justos y los impíos, los que sirven a Dios y los que no le sirven. Hermanos y hermanas en Cristo, lo que les espera es glorioso, miren hacia delante con alegría, “si alguien me sirve debe seguirme y donde yo esté, estará también mi servidor”.

Seguir a Cristo siempre vale la pena, sin importar lo que cueste, por tanto, hermanos míos, estén firmes y constantes creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que su trabajo no es en vano.